El caso selecionadoInforme
Cuando comenzó a hablar, a la edad de dos años y medio, solo sus padres lo entendieron. A los tres años se sometió a una adenoidectomía tras frecuentes resfriados que, según su madre, solían ir acompañados de otitis. A los cinco años, se vistió y se lavó sin ayuda. Pedro comenzó el preescolar a los cuatro años y siempre ha asistido al mismo centro. Comenzó a aprender a leer y escribir en español a los cinco años, en su segundo y último año de preescolar. Según su madre, su última maestra de preescolar fue muy estricta y exigente. Siempre que Pedro no lograba terminar una tarea, lo castigaban y, a veces, lo golpeaban. Su informe escolar al final de su primer año de educación primaria señaló la necesidad de mejorar el lenguaje y las matemáticas. Su madre recordó que su maestra de ese año le había dicho que no terminaba sus tareas como los demás niños, que a menudo confundía las letras y que podía tener algún grado de dislexia. Cuando comenzó nuestra relación con él, Pedro estaba en su segundo año de educación primaria.
Al leer textos de EDIL-1 y TALE en voz alta, agregó palabras, omitió palabras y reemplazó palabras con otras. Siguió el texto leído con el dedo.
La mejora en la precisión de lectura y escritura se demostró por la reducción en el número de errores en el TALE, en la lectura en voz alta, en la escritura de palabras dictadas y pseudopalabras, y en la ausencia de desviación de la “ortografía natural” en los dictados. La composición escrita había mejorado sustancialmente en cuanto a ortografía natural, puntuación y empalme y división de palabras; y las grabaciones realizadas durante las últimas sesiones de trabajo mostraron una marcada mejora en la lectura en voz alta en cuanto a entonación, ritmo, puntuación y velocidad. Pedro, además, había adquirido el hábito de cuidar mucho sus tareas de lectura y escritura, dedicando un tiempo al final a revisarlas y corregirlas si era necesario. Se suponía que había ganado confianza en sí mismo. Tratamiento documentadoPara lograr el primero de los objetivos utilizaron las metodologías multisensoriales de Outón. También intentaron aumentar la conciencia de los fonemas y la capacidad de dividir las palabras habladas o escuchadas en secuencias adecuadas de fonemas. Se esperaba que fueran necesarias de 4 a 6 sesiones para consolidar cada correspondencia entre letras y fonemas. Para el segundo objetivo, la mejora de la composición escrita, comenzaron con frases de tres o cuatro palabras sugeridas por el propio Pedro. Dada cada oración, primero tenía que dividirla oralmente en palabras individuales (con la ayuda de sus dedos, si fuera necesario), luego componerla en una hoja de acero usando letras magnetizadas, luego copiar la oración compuesta por escrito y finalmente escríbalo sin el modelo con la ayuda del siguiente protocolo explícito: “Piénselo, dígalo en voz alta, mayúsculas para la primera letra y en nombre propio, punto al final, revísela” Con el paso del tiempo, la complejidad del se incrementaron las sentencias. Inicialmente, los textos utilizados como ejercicios de lectura en voz alta también eran muy sencillos y constaban de unas 40 palabras. Posteriormente se introdujeron textos de dificultad creciente. Estos ejercicios comenzaron con la lectura del texto a Pedro por parte del profesor de forma muy expresiva, cuidando mucho la pronunciación, la puntuación oral y la entonación. Esto fue seguido por una discusión del contenido del texto (y de cualquier ilustración asociada), incluida una discusión del vocabulario utilizado y de cómo continuaría la historia. Luego, Pedro leyó la historia en voz alta mientras se grababa, escuchó la grabación y señaló sus errores, y la leyó en voz alta nuevamente, más rápido y haciendo todo lo posible por no cometer errores. En casa, se lo leyó por tercera vez a sus padres. Finalmente, para mejorar la confianza en sí mismo de Pedro, complementaron los ejercicios anteriores con tareas de lectura y escritura que él podría realizar con éxito, elogiaron incansablemente el desempeño exitoso, alentaron a sus padres a que le prestaran más atención y, a veces, le permitieron elegir el libro. debía leer en casa. Conclusión y referenciasEn mi opinión, Pedro tuvo un trato muy bien planeado y realizado por verdaderos profesionales. Realmente creo que hicieron un trabajo increíble con Pedro. Desarrollaron ejercicios personalizados para abordar cada problema. Ejercicio específico de lectura, específico de escritura, específico de comprensión.
También proporcionaron ejercicios para hacer en casa y también involucraron a los padres en el proceso. Les dieron consejos a los padres sobre cómo participar más. También lo que creo que muchos se habrían olvidado de él, para apoyar también la autoconfianza del niño. Al incluir siempre ejercicios en los que Pedro podía sobresalir, combinar con elogios resultó esencial para alcanzar resultados fuertes y potencialmente duraderos. REFERENCIAS Oviedo, P.A., Gonzalez, R.A., (2013), Diagnostic Assessment and Treatment of Reading Difficulties: A Case Study of Dyslexia Recuperado de: https://files.eric.ed.gov/fulltext/ED543444.pdf S.A. (S.F.), Apuntes IEU, Semana 2., Psicoterapia Infantil y de grupos, Principales Trastornos Recuperado de: https://lic.ieu.edu.mx/pluginfile.php/276785/mod_resource/content/1/Apuntes%20S2.pdf
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Barna Takats, estudiante de Psicología en IEU ArchivesCategories |